Hace unos años cuando recién estaba conociendo sobre los eventos IGNITE, realicé una presentación IGNITE sobre este tema. La idea era en cierta forma explorar los elementos constitutivos de esto que llamamos innovación. Para entonces estaba involucrado en el incipiente esfuerzo para crear un Centro de Innovación en las instalaciones de Intel Costa Rica, dirigido en aquel entonces por el Ingeniero Eduardo Bolaños.
La reflexión comenzaba con un modelo operativo propuesto por Eduardo al que llamaba R.D.I (Research, Development and Innovation) que básicamente prescribía que la innovación era la suma de esfuerzos de investigación y de desarrollo.
Con investigación hablamos de aprendizaje, de gestión y creación de nuevo conocimiento y de la dinámica para compartir este conocimiento.
Con desarrollo, nos referimos al proceso cíclico de mejora continua; el cual se extiende desde la definición de requerimientos, diseño, gestión de recursos hasta la confección, implementación y soporte de las mejoras.
Pero en esta reflexión sobre el modelo RDI, dos preguntas saltaban a nuestra mente: ¿de dónde vienen las ideas? ¿quién decide sobre qué innovar?
Es así como se propone un modelo de innovación como una casa de tres pilares y una fundación. Los tres pilares son: (1) Ideación (2) Investigación y (3) Desarrollo.
El fundamento era algo más romántico: la pasión.
Se describe el proceso de ideación como una dinámica creativa basada en la discusión y la socialización participativa de las ideas (networking) de forma que multiples actores enriquecen las ideas hasta alcanzar un punto álgido de madurez.
Así, teniendo estos tres pilares, queda solamente explicar la base de la casa: la pasión.
Arriesgando a sonar demasiado románticos, podemos tener pasión por algo por dos razones principales: por algo que amamos o por algo que odiamos.
Por ejemplo podemos tener pasión por crear la mejor receta de pan; o podemos tener pasión por la cura de una enfermedad.
Finalmente en la discusión de los elementos constitutivos de esto que llamamos innovación, el modelo de una casa sonaba demasiado estático para un proceso creativo y dinámico como lo es la innovación, que incursiona en el mundo del caos para crear y mejorar. Así pasamos del modelo de «casa» al modelo de «átomo».
Entonces se concluye que la innovación es un átomo cuyas partículas constitutivas son la ideación, la investigación y el desarrollo; todas dinámicas activas que interactúan entre sí. El núcleo de este átomo es la pasión, es decir, la innovación encuentra su fuente de energía y empuje en aquellas cosas que nos incomodan, que odiamos o que amamos.
¿Cuándo ocurre la innovación? Siempre. La innovación es un contiuum inherente a la Vida y la naturaleza consciente.
Entonces en resumen: la innovación es un átomo de tres partículas: ideación, investigación y desarrollo cuyo núcleo es la pasión y que ocurre de manera continua.
¿Qué podemos hacer para soportar la innovación en nuestras organizaciones?
- Potenciar la Ideación: creando ambientes de colaboración donde las personas puedan expresar y discutir sus ideas de forma segura y donde existan herramientas que faciliten la discusión y el enriquecimiento y maduración de las ideas. Por ejemplo, cosas como la política de que ninguna idea es absurda, todas las ideas se pueden discutir, identificación de personas interesadas y expertos.
- Profesionalizar la investigación: creando prácticas y herramientas que faciliten la creación de nuevo conocimiento, así como su documentación y socialización. Profesionalizar la gestión de conocimientos. Por ejemplo, proveer mecanismos para experimentación, documentación de nuevos conocimientos, publicación de conocimientos, referencia de publicaciones.
- Optimizar el desarrollo: mediante una mejora continua de los procesos de gestión de recursos, y de soporte de soluciones. Incluso para soluciones «de bajo perfil», poder entender los requerimientos de soporte y los ciclos de vida de cada solución y los recursos que se requieren para cada estadio de los ciclos de vida.
- Finalmente despertar la pasión: en nuestros equipos, haciendo visibles aquellas cosas que podemos ya sea odiar o amar, mediante procesos retrospectivos de análisis. Por ejemplo, desarrollar el orgullo en el equipo por las soluciones valiosas mediante roadshows, discusión cíclica y procesos de identificación de problemas y/u oportunidades.
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