El tema de hoy es un tanto técnico y un tanto filosófico.
Recientemente tuve la oportunidad de mirar un bonito vídeo del Dr. Javier Santaolalla acerca de la definición del tiempo. Aunque el vídeo me genera más preguntas que respuestas (propio de este tipo de temas) me recuerda una serie de reflexiones que alguna vez me pasaron por la cabeza; así que quiero hacer mi propio aporte a la humanidad acotando acá mi definición de eso que llamamos tiempo, pasado, presente y futuro.
Es una cuestión difícil dado que, cuando hablamos del tiempo todos entendemos con cierta claridad de qué se trata, pero cuando tratamos de definirlo, todo se viene abajo.
Ahora, para nuestro mundo por demás tecnológico, el tiempo es algo realmente importante. La frecuencia de los microprocesadores y micro-controladores, y hasta la sencilla fórmula de los capacitores, todos tienen en sus entrañas eso que llamamos tiempo.
Medimos el tiempo con una precisión impresionante (horas, minutos, segundos, mili-segundos, micro-segundos, nano-segundos, etc) y con base en estas mediciones podemos entender y estudiar diferentes fenómenos de todo tipo de una forma científica. Con todo sin embargo, todas las cosas que percibimos se encuentran «en el pasado», ya ocurrieron.
Al tratar de definir la palabra tiempo, es imposible no pensar en los conceptos de pasado, presente y futuro; siendo que estos conceptos, tan familiares para nosotros no tienen una definición determinística.
Sabemos por ejemplo que pasado es aquello que ya sucedió, está por así decirlo «escrito en la historia» y no se puede cambiar (¿O sí?)
También sabemos que el futuro es aquello que todavía no sucede, como «hecho» sabemos que no existe; pero existirá sin duda alguna.
Pero si estas dos definiciones son difíciles, es aún más difícil definir el presente; no es ni pasado ni futuro; pareciera ser lo único que realmente existe pero no sabemos su tamaño; es un segundo, dos, medio?
Así las cosas, pienso que una definición que me gusta mucho del concepto de presente es ese espacio de tiempo sobre el que tenemos influencia. Y bueno, para cada ser entonces el presente es distinto. Por ejemplo, para una persona promedio, el presente puede ser este momento en que estamos vivos y podemos definir el devenir de las cosas que nos rodean. Puedo por ejemplo con mi presente sembrar un árbol, educar a un niño, componer una canción, etc; mientras que para algunas otras personas digamos «más especiales» como Einstein o Jesucristo, el presente es algo más amplio, e influyen en el devenir de las cosas más allá de su «tiempo en el mundo de los mortales»
Para ser más precisos pienso que podríamos aproximarnos a una definición del presente quizás como el periodo de tiempo sobre el cual alguna inteligencia puede influir para definir el futuro.
Pienso que pasado y futuro son indistinguiblemente la misma cosa con una especie de salvedad: la inteligencia, la conciencia y la acción. Veamos el ejemplo de la rueda de coche en la colina.
Imaginemos que estoy en la cima de una colina y mi coche sufre un desperfecto mecánico: una llanta desinflada. Detengo el coche, y me dispongo a instalar la llanta de repuesto. Sin embargo, al extraer la llanta de repuesto cometo un error y dejo que ruede colina abajo. La llanta tardará aproximadamente 45 segundos en llegar abajo donde se encuentra un pastor con unas ovejas. Es evidente que la llanta se estrellará contra las ovejas, matando a dos de ellas y causando una tragedia. En este punto el pasado (dejé caer la llanta) y el futuro (dos ovejas morirán) parecen estar indefectiblemente conectados. Son la misma cosa, pero hay una posible salvedad: que exista alguna inteligencia que pueda influir el futuro. Digamos que en el momento en que pierdo la llanta y la veo rodar colina abajo comienzo a gritar «¡cuidado! ¡apártense!»; el pastor al escuchar la gritería ahuyenta sus ovejas y las aparta del camino de la llanta, que finalmente se estrella contra un árbol.
Ahora, pasado, presente y futuro siguen conectados; siguen siendo la misma cosa, pero el presente no es en realidad un espacio de tiempo; sino es la influencia que pueden ejercer la consciencia y la inteligencia sobre la existencia misma mediante la acción.
Y acá mi definición de Presente
En la anterior definición cabe mencionar el ámbito espiritual como esa parte esencial de la existencia humana que en cierta forma dirige o influencia tanto la consciencia, como la inteligencia y la acción.
Me resulta particularmente interesante que podemos «mirar hacia el pasado» y pensar en lo que ocurrió: se encendió una luz, amaneció, llovió; así también podemos mirar hacia el futuro y pensar en lo que será: hará hambre, lloverá, sonará el teléfono; pero más interesante es el hecho (pasado? :-)) de que podamos definir el futuro con nuestra acción consciente.
Ya de vuelta a la tecnología y la definición de tiempo, vemos como esa interacción entre «mirar al pasado», «mirar al futuro» y «definir el futuro» son tres acciones fundamentales de la existencia humana que realizamos todo el tiempo (el juego de palabras acá es inacabable).
Por ejemplo, observamos que un capacitor se carga en un tiempo T dependiendo de la capacitancia C y de la resistencia R (T=R*C). Esta observación se da en pasado, pero nos permite incorporarla a nuestra consciencia e inteligencia y definir acciones a futuro, por ejemplo crear un circuito RC de forma tal que se cargue en digamos 3 segundos y con esto hacer alguna cosa útil.
Pienso que acá la definición de tiempo tiene que ver con ese modelo que usamos para entender los fenómenos conforme se van realizando en conjunto con el resto del cosmos conocido. Toda observación se encuentra en efecto en el universo del pasado y nos resulta útil para incorporar los fenómenos observados a la consciencia y a la inteligencia lo que a su vez nos habilita para influenciar el futuro mediante nuestras acciones. Ahora como dije antes (para dar otra vuelta por el mundo espiritual) conciencia, inteligencia y acción son dirigidas de forma espiritual. (no diré más)
Todo esto tiene connotaciones tanto individuales como colectivas o sociales, y pareciera ser que se extienden más allá del ser humano, a todos los seres vivos de alguna forma.
En conclusión
El presente no es una propiedad del tiempo, sino una cualidad derivada de la consciencia, la inteligencia y la acción; es esa influencia que podemos ejercer mediante la acción para definir el futuro.
El pasado es un modelo que usamos para entender la existencia e incorporarla en la forma de observaciones a la consciencia y a la inteligencia.
El tiempo es el meta-modelo que usamos para medir el pasado y entenderlo (incorporarlo a la consciencia y la inteligencia) y definir el futuro mediante acciones.
El futuro es es el resultado del presente, entendido este último como influencia creadora o definidora.
El espíritu es en sí la verdadera y última base u origen de la consciencia, de la inteligencia y en final la acción. Ciertamente es difícil pensar en una definición o entendimiento de la consciencia o de la inteligencia; es más difícil aun definir esa fuente espiritual de todo.
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