Mucho del quehacer maker está relacionado con procesos de experimentación, de aprendizaje y con la creación de nuevo conocimiento.
Durante este tipo de procesos de experimentación «ad-hoc» es fácil caer en una parálisis en la cual «giramos en círculo» con partes de experimentos que a veces son éxitosas y a veces no, sin que podamos comprender la causa de estos resultados divirgentes; especialmente cuando no tenemos una forma estructurada de administrar las incertidumbres y los aciertos resultantes de nuestros experimentos.
Recientemente vivimos esto durante nuestra experimentación para grabar sonido usando Intel Edison, donde a ratos teníamos pruebas exitosas y a ratos «las mismas pruebas» fallaban.
Este tipo de parálisis puede resultarnos costosas, no solo a nivel de tiempo y recursos, sino también en lo referente a la motivación del equipo, al verse desvanecer los éxitos del trabajo sin una razón aparente.
Es por esto que compartimos en este artículo algunas medidas que nos permiten asegurar el éxito progresivo alcanzado en diversos experimentos y avanzar con un paso más seguro, evitando parálisis de análisis.
- Planee sus experimentos de manera individual y documente el plan
- Documente los pasos a realizar en cada experimento. Mantenga una política de «Un cambio a la vez»
- Documente los resultados obtenidos y las desviaciones del plan realizadas durante cada experimento
- Una vez obtenido el éxito en cada etapa, verifique la repetibilidad del éxito en cada experimento.
- Haga una revisión retrospectiva del plan de experimentación luego de terminar cada experimento.
- Una vez alcanzado un nivel de éxito aceptable en diversos experimentos, documente y publique los pasos para alcanzar dicho éxito.
- Verifique la reptibilidad antes de publicar sus resultados; y lleve seguimiento de cada «punto funcional reproducible«
¿Y qué significa el término «punto funcional reproducible» (PFR)?
Básicamente es el conjunto de pasos que hemos verificado que funciona para llevarnos a una conclusión.
Llevar seguimiento de cada PFR significa ponerle un nombre, una identificación que nos permita referirnos a cada PFR y que nuestros nuevos procedimientos se basen en el PFR más reciente, donde se concentra el conocimiento acumulado más reciente.
En el ejemplo, terminamos documentando los pasos de un proceso de grabación con Intel Edison que pudimos constatar como repetibles; de forma que nuestros siguientes experimentos puedan tomar este PFR como su punto de partida.
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