Al igual que yo, probablemente muchos lectores han tenido dificultad en definir metas personales cada año nuevo, o al inicio de cada mes o de cada trimestre. Es realmente un proceso dificil.
Hace un tiempo miraba un video de Alvaro Gonzalez Alorda, consultor y fundador de la empresa Emergap y autor de varios libros.
Una de las ideas que más me ha llamdo la atención es esta de inspiración en cabeza, corazón y manos, haciendo alución a que las verdaderas transformaciones entran por la mente, tocan el corazón pero que necesariamente terminan llegando a las manos a convertirse en acciones concretas. Otra idea que me llama la atención es esta de que las verdaderas transformaciones ocurren cuando se transforman los hábitos y comportamientos de las personas para tener una mayor integridad en nuestros valores.
Siempre me ha gustado el modelo SMART para establecimiento de metas. Pienso que realmente nos brinda una maneran de pensar en logros específicos y posibles a los cuales apuntar, que sean en efecto específicos, medibles, alcanzables, relevantes y definidos en el tiempo.
Más allá de eso, he estado reflexionando recientemente acerca de algunos elementos faltantes en mi propio proceso para el establecimiento de metas: ¿cómo puedo pensar en metas significativas que a la vez sean transformadoras de mí mismo; es decir que me puedan llevar a crecer y mejorar realmente en algún aspecto?
Es a través de este proceso reflexivo, considerando las ideas de Alvaro, que he definido varios dominios para metas transformacionales de alto valor:
- Hábitos, Rutinas y Valores
- Destrezas y Competencias
- El Logro Clásico
De esos tres – pienso – el dominio más poderoso es el de los hábitos, rutinas y valores, dado que toca nuestro centro y núcleo como personas sobre cómo actuamos y cómo reaccionamos «por definición» a las diferentes situaciones y que a la vez refleja una cosa fundamental: integridad para con nuestros valores.
Así que permítanme compartir esta reflexión de una forma un poco más profunda.
El Logro Clásico (LC)
TIene que ver con cosas específicas como alguna métrica, o alguna entrega de trabajo profesional. Por ejemplo podemos considerar como un logro clásico el alcanzar cierto nivel de peso o de composición de músculo/grasa corporal. Otro ejemplo sería poder tocar determinada canción en la guitarra, o cerrar algún negocio o escalar el monte Everest.
Pienso que estas son más superficiales, simplemente porque son las partes visibles de procesos más profundos dentro de nosotros en los otros dominios.
Destrezas y Competencias (DC)
Adquirir una nueva destreza, o crecer en ciertas competencias es una capa más profunda de transformación. Es proveernos de nuevas capacidades como el uso de cierta nueva tecnología o adquirir cierto nivel de fortaleza corporal. Ejemplos de esto pueden ser (1) ser capaz de hacer 40 repeticiones bien realizadas de push-ups; o (2) levantar pesas de 20lb durante 30 repeticiones continuas; o (3) movilizarme en bicicleta un número determinado de kilómetros cuesta arriba; o (4) hablar en público sobre un tema con confianza y entregar un mensaje inspirador; o (5) cantar con claridad, belleza y emoción; etc.
Destrezas y competencias representa para mí una capa media de crecimiento y desarrollo interno que nos habilita a alcanzar nuevos logros específicos; pero que a la vez nos transforma hasta cierto grado sensible.
Hábitos, Rutinas y Valores (HRV)
Llegamos acá a la capa más profunda; definida por nuestros valores y la integridad con que los adoptamos y vivimos, los cuales se ponen de manifiesto en nuestros hábitos, comportamientos y rutinas.
La forma en que actuamos y en que reaccionamos son un reflejo de la integridad con que adoptamos y vivimos nuestros valores.
La forma en que transformamos nuestros hábitos y nuestras rutinas claramente define la forma en que crecemos – de verdad – desde adentro en términos de integridad.
A este punto, estoy tratando de definir algunas metas propias para el año 2022; o al menos para el próximo trimestre (Q2 – abril-junio) y pienso en cuáles hábitos y rutinas puedo adoptar y transformar y volverme mejor en los valores que amo.
Ejemplos de metas HRV son: (1) el hábito de la lectura, (2) cumplir un horario de meditación, (3) la forma en que dedico tiempo a escuchar a otros, (4) la forma en que hablo a otras personas, (5) la forma y rutinas para organizar mi trabajo, (6) mis hábitos de ejercicio físico, (7) hábitos de estudio, (8) la forma en que reacciono cuando otras personas me interpelan en diferentes estados emocionales.
No es que las metas sobre logros clásicos, o nuevas destrezas y competencias no sean buenas o no sean necesarias, pero todas ellas – pienso – involucran un grado de transformación a nivel de hábitos y comportamientos, rutinas y valores. Las metas HCV son como las células madre, habilitan todas las otras metas; y sin embargo – al menos en mi caso – poco se habla sobre estas metas en términos de articularlas bajo el modelo SMART.
Más allá de la subjetividad que podamos percibir en las metas HRV, pienso que pueden en efecto ser definidas bajo el modelo SMART. Por ejemplo en lugar de definir una meta de tipo logro clásico para llegar a 70Kg de peso corporal en 3 meses, o puedo mejor establecer la meta HRV de adoptar una rutina diaria de ejercicios de 15 minutos y establecer otra meta de alimentación saludable cotidiana que me permita no solo llegar a un peso saludable sino tener un estilo de vida saludable.
Gracias por llegar hasta este punto con la lectura de esta publicación.
Deseo la mejor de las suertes para ti en establecer metas en los tres niveles, darles seguimiento y conquistarlas con esfuerzo y disciplina.
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